martes, 13 de septiembre de 2016

21 gramos.

No, no se si son las cuentas. Las que echo para calcular los dias que llevo ya sin verte, sin saber de ti. Y creo, sinceramente, que es más por lo que pienso que por lo que quizá sea realmente. Tu espacio es tuyo y de nadie más. Es tan complejo que me quedo inmóvil, petrificado. No soy capaz de dar un paso por culpa de lo que podría ser, o por el qué es. Mientras, ahogo mis pensamientos en escapadas, letras y canciones que, ya no es que me hablen de ti, es que te esculturizan, son tu esencia y parte de ti.

Pero dejando a un lado todo eso... Cada dos por tres me vienes, voladora de sueños aun por vivir, a la mente enferma mia, y me miras con ojos de hambre, de tormenta de verano, de pequeños sorbos que saben a néctar; pequeños sorbos que dejan un rastro de anécdotas aun por disfrutar. Por eso el tenerte cerca, el sentir de dos almas de 21 gramos que imploran ansias de vivir por doquier. Va, vamos.