sábado, 21 de julio de 2018

Apareces.

Justamente era ese. De todos los posibles habidos y por haber; ese. Me llegó como un zarpazo, directo a la memoria. Y me trasladé a todos y cada uno de los sitios donde he sido; contigo. No tenía porqué, pero llegó. ¿Tienes idea de la casualidad que ha tenido que ocurrir para tal hecho? Cientos de millones de partículas de aire en movimiento tuvieron que juntarse para que me vinieses a la mente; otra vez. Efectivamente, ese perfume era como el tuyo. Y olí a tí, todo el rato. Y te ví, una y otra vez; aparecías. Y apareces. Constantemente. Torbellino.